La selección de cítricos en el campo a la hora de efectuar la cosecha para satisfacer una demanda concreta resulta difícil de planificar y muy costosa cuando gran parte de las producciones están organizadas bajo un modelo minifundista, como es el caso de España. El sector citrícola español se enfrenta a una competencia cada vez mayor de países terceros, por lo que la eficiencia de los costes es vital para la supervivencia de un sector tan castigado en los últimos años y la digitalización del campo puede ser clave.
En agosto de este año, San Antonio Fruits, una empresa especializada en la producción y comercialización de cítricos afincada en Alicante, España, anunció un acuerdo con la empresa Aerobotics, una compañía tecnológica de análisis de datos e imágenes aéreas, que se centra en poner a disposición de los agricultores un servicio que ofrezca información valiosa, precisa y procesable sobre los análisis más importantes relacionados con la producción a través del uso de drones.
“A través de algoritmos de aprendizaje automático de última generación habilitados por imágenes de drones visuales y multiespectrales, somos capaces, entre otros, de ofrecer métricas de estimación de cosecha. De esta forma podemos conocer el tamaño de la fruta y la distribución del color en tiempo real y, por supuesto, comprender y planificar mejor las estrategias de comercialización”, explica José Castelló, director de San Antonio Fruits. “Somos los únicos distribuidores de esta tecnología en España. Nuestro acuerdo de exclusividad engloba su distribución, explotación, implementación y mejoras en todo el territorio español. Nos encargamos de adaptar la fisionomía de la agricultura española al desarrollo del software”.
Los beneficios de esta tecnología son revolucionarios para el sector citrícola, ya que permite al agricultor conocer la distribución de tamaño y el color de la fruta en tiempo real, la distribución prevista del tamaño de la cosecha y estimaciones de toneladas por hectárea (fase BETA). “Como somos capaces de discernir el tamaño del fruto a partir de los 24 mm de grosor, podemos saber de forma temprana la distribución de calibres. Por ejemplo, en este momento ya estamos haciendo vuelos de los limones Verna que recolectaremos en abril”, sostiene José Castelló.
“Nuestro objetivo es ahorrar en costes operativos y planificar en función de las necesidades de nuestros clientes. Esto significa que, si esta semana necesitamos envasar en calibre 3, el software me permite saber a qué finca tengo que ir a cortar. Si recolectamos en la finca equivocada, acabaremos teniendo sobrecostes de recolección, gastos de manipulación y gastos de almacenar el producto en cámara por calibres que no necesitábamos y todavía peor, malvender la fruta que no queríamos. El software nos permite planificar de una forma que antes simplemente no existía. Ahora podemos tomar decisiones con una mayor fiabilidad y dirigir la producción a nuestro cliente final”, afirma.
“Creemos que uno de los mayores problemas de la agricultura valenciana es el minifundio. Y para ello necesitamos profesionalizar el campo. Con nuestros drones, el ingeniero agrónomo de una cooperativa con miles de socios puede controlar las 20.000 parcelas desde su propia oficina. De esta forma, puede planificar su trabajo y visitar tan solo aquellas parcelas que requieran atención, sin tener que hablar de forma individual con cada uno de los dueños. Del mismo modo que se puede controlar si la producción de ciertas parcelas no cumple con los requisitos de calidad necesarios para pasar por línea. Sabemos de primera mano que es duro competir con la producción de otros países cuando no se hace en igualdad de condiciones. Los costes de producción y manipulado en nuestro país no son comparables con los de Egipto o Sudáfrica. Nuestra tecnología nos permite reducir esos gastos y aumentar la efectividad del sector”, continúa José Castelló.
“Además, ofrecemos soluciones a otros problemas comunes como la poca cobertura agrícola y de poca precisión, el mantenimiento de registros de forma manual, la falta de digitalización del sector y la brecha digital en el mundo rural que hace que el sector sea menos atractivo para las nuevas generaciones”, añade.
Además de los volúmenes y la calidad, esta tecnología es una herramienta útil en la monitorización de plagas, algo que cada vez ocasiona más costes a los citricultores, especialmente en la Comunidad Valenciana. “Somos capaces de evaluar la salud de cada árbol, detectando problemas en etapas tempranas. El software detecta puntos problemáticos y los ordena en rutas de exploración para una mayor investigación. A continuación, los exploradores usan la aplicación de teléfono que los dirige a estos lugares. El explorador completa un informe de cultivo específico pudiendo añadir fotos. El administrador de la finca puede analizar los informes, fotos y áreas de interés para evaluar el estado del cultivo, directamente desde su ordenador. El análisis facilita ver los niveles de infestación, las tendencias, los umbrales de acción e incluso decidir sobre aplicaciones de tratamiento más localizadas”, señala José Castelló.
Para San Antonio Fruits, la inversión en mejorar los procesos de producción es importante. “Tenemos que adaptar la tecnología al territorio español y, además, hacer una fuerte inversión en marketing y distribución. En cuanto a los agricultores, el coste de esta tecnología es bajo y no requiere inversión inicial. Por ejemplo, en el caso del limón, nuestro objetivo es que represente menos de 0,005 euros por kilo. Nuestros precios se calculan por hectáreas, de forma que nuestros clientes pueden probar con una superficie pequeña sin ningún tipo de compromiso e incrementarlo o dejar de utilizarlo cuando lo consideren oportuno. Aunque, una vez lo prueben y comprueben las ventajas que aporta, dudamos que quieran prescindir del servicio”.
“Comenzamos a implementar esta tecnología en agosto y todavía no tenemos cubiertas todas las hectáreas que nos gustaría. En lugar de centrarnos en nuestra propia producción, hemos decidido ponerlo a disposición del resto de agricultores, de forma que tratamos a nuestros clientes como nuestros propios socios, beneficiándonos y aprendiendo juntos de la tecnología que creemos revolucionará el futuro de la citricultura en España”, concluye José Castelló.
Fuente: Freshplaza.