Como explica el presidente de la Asociación Profesional Citrícola Palmanaranja, Antonio Carmona, la campaña citrícola de la entidad se encuentra en torno a un 25% en los trabajos de recolección, un ritmo algo inferior a otras campañas cuando en esta fecha lo habitual es estar entre un 35 y un 40%.
Según apunta Carmona, el escenario está dominado por poca demanda de operaciones directas en campo, a lo que suman los bajos precios y el calibre «regular» de la fruta debido a la sequía. Además, Europa recibiendo naranjas de terceros países y «la pandemia tampoco está colaborando mucho, con países confinados que no ayudan al consumo».
Carmona no olvida que el agricultor, como base de la cadena alimentaria, está cultivando por debajo de los costes de producción. Así, según indica, que se está trabajando a 7 céntimos por kilo cuando la media está alrededor de 10 céntimos. «La situación es muy complicada», asegura. Además, no se atisba mejoría a corto plazo.
El presidente de la interprofesional advierte de que a las dificultades de la campaña actual hay que unir la incertidumbre para la próxima por la situación de la sequía.
Por otro lado, en cuanto al mercado en Europa, el sector se vuelve a encontrar con la entrada de fruta de países terceros. Carmona subraya que la campaña de Egipto coincide con la de España.
Preocupación por la mano de obra
Como en el resto del país, también se están registrando casos de COVID entre los trabajadores de las cuadrillas del campo, aunque «la incidencia no está siendo significativa y estamos funcionando bien», aclara Carmona. Sin embargo, preocupa la falta de mano de obra para próximas campañas, algo que ya se acusa en momentos álgidos de mayor demanda de fruta.
«Muchos manijeros ya nos dicen que la campaña no está clara, que la gente está volviendo a la construcción y que se están incorporando antes a la hostelería, sector al que se unían una vez finalizada la campaña», señala Antonio Carmona. «Todo el mundo habla que vamos a tener problemas en breve».
Fuente: Freshplaza.