El mercado chino de frutas mejora lentamente a medida que se controla la pandemia de COVID-19. Sin embargo, el margen de beneficio es mucho menor para los comerciantes importadores en comparación con el año pasado», según Li, un portavoz de una agencia de transporte internacional.
«El volumen total de importación de naranjas ha disminuido mucho este año. Los restaurantes y los bares cerraron durante dos o tres meses, reduciendo significativamente la demanda de naranjas en el mercado. Las naranjas egipcias se suelen utilizar para hacer zumo, por lo que la demanda del mercado chino de naranjas egipcias disminuyó rápidamente, y las que ya habían llegado, fueron difíciles de vender. Muchas de esas naranjas se almacenaron en cámaras frigoríficas. Además, muchos contenedores marítimos que transportaban naranjas se atascaron en el puerto debido a los retrasos», explica Li. «La temporada de venta de las naranjas egipcias suele llegar hasta finales de junio o julio en un año normal, pero este año terminó a principios de junio. Prácticamente no hubo naranjas egipcias disponibles».
Sobre el permiso obtenido por Chile para exportar naranjas al mercado chino, Li responde: «Todavía no tenemos clientes que importen naranjas de Chile. La mayoría de las frutas del mercado proceden de Egipto y Sudáfrica. En un futuro próximo eso no cambiará, pero es probable que haya importadores que empiecen a traer naranjas chilenas en pequeños volúmenes. Los compradores no cambian fácilmente la fuente de su suministro, porque no están familiarizados con la calidad del producto de un nuevo proveedor. Además, el mercado no está familiarizado con las nuevas variedades de productos, lo que significa que llevará tiempo presentar las naranjas chilenas a los consumidores chinos. Los importadores actuarán con cuidado».
«Además de las naranjas, el volumen de importación de cerezas también ha disminuido esta temporada. El mercado de cerezas cayó en el caos a finales de enero cuando el brote de COVID-19 comenzó a afectar al mercado de fruta chino, pues los importadores no estaban dispuestos a correr los riesgos que entrañaba la introducción de cerezas. Cientos de contenedores de transporte marítimo llenos de cerezas quedaron atascados en el puerto y se hicieron imposibles de vender. La temporada de importación de cerezas chilenas terminó a finales de abril y las cerezas de los Estados Unidos comenzaron a tomar el control gradualmente. Sin embargo, las condiciones de venta no mejoraron. La situación se agravó aún más por las consecuencias de la guerra comercial chino-estadounidense. Los aranceles aduaneros sobre la fruta siguieron aumentando y el número limitado de barcos entre los EE. UU. y China tampoco ayudó. La distribución se ralentizó gravemente».
«Cuando China empezó a abrir sus fronteras y los consumidores chinos empezaron a disfrutar de un mejor nivel de vida, la demanda de fruta importada por parte de los consumidores se disparó. Sin embargo, el brote de COVID-19 fue un duro golpe para el mercado. Las condiciones de venta son mucho peores que las del año pasado. Recientemente hemos visto que las condiciones del mercado han mejorado, pero todavía queda mucho camino por recorrer antes de que el mercado de la fruta se restablezca completamente. Esperamos poder ayudar a nuestros clientes y proporcionarles soluciones adecuadas en este difícil mercado», expresa Li.
Fuente: Freshplaza.