Luego de que Europa suspendiera la compra de naranjas argentinas por la presencia de la enfermedad conocida como la mancha negra, los productores criticaron la medida y le apuntaron a España por esa decisión. Además, calcularon en US$40 millones el impacto económico del cierre del mercado europeo.
«El daño inmediato a la citricultura nacional es difícil de mensurar, dado que solo en la no exportación de naranjas están en juego alrededor de 40 millones de dólares y otro tanto por la suspensión anticipada de los envíos de limones. Pero hacia el mediano plazo, el perjuicio es mayor ya que se cierra hasta mayo del 2021 el principal mercado externo de los cítricos de la Argentina que es la Unión Europea», advirtió Federcitrus, entidad nacional del sector.
Luego apuntó a España: «Llama mucho la atención la actitud asumida por las asociaciones de productores y exportadores de citrus y del gobierno de España, que han propiciado una inusitada y arbitraria agresividad en los puertos españoles, en particular el de Cartagena, que fuera hasta el año próximo pasado el principal destino de nuestros citrus».
«Buscamos que se excluya al noreste argentino de esta prohibición. Estamos tratando de que nos dejen terminar de hacer nuestro programa de esta temporada de las naranjas del NEA. Las chances son escasas, pero el no ya lo tenemos», dijo Caprarulo a LA NACION.
«En julio, Tucuman y Senasa tomaron la decisión de no mandar más naranjas a esos puertos. Se ha perdido la credibilidad porque hay ciertos compromisos que se asumen que no se han cumplido enteramente. Para el limón se dijo no manden más, pero al parecer empezaron a ingresar por otros puertos a otros países. Entonces ellos empezaron a enviar controladores españoles a otros países. Eso los enojó mucho porque ingresó limón antes de la temporada de ellos y se superpuso con ingreso del limón nuestro», dijo Caprarulo.
Las conjeturas que hizo el sector junto con el Gobierno en la reunión virtual que duró cerca de una hora es que el limón hizo un «ruido comercial muy fuerte». Sin embargo, en el sector dicen que «se sabía que había un elevado número de mancha negra» en las naranjas del NOA, y habían evitado enviar más para no tener problemas en los envíos.
En tanto, la mandarina está excluida de la medida. «Por fortuna está excluida de esta restricción porque Europa es el mercado más grande que tenemos a donde mandamos los productos más sofisticados», dijo el director de Cecnea.
Antes de que se diera a conocer la prohibición de ingreso de la naranja argentina, el Senasa le mandó una carta a la Comisión Europea pidiendo que se preservara al NEA de cualquier medida que pudiera impedir la exportación.
Desde Cancillería confirmaron a LA NACION que los encargados de negocios en Europa están trabajando para pedir la regionalización, es decir, que se diferencie el NEA del NOA.
«Lo que sí conseguimos es que tendríamos la posibilidad de que lo que está en tránsito pueda entrar dos semanas más tarde a lo que está programado», afirmó. El 5 de septiembre es la última fecha de flexibilidad para el ingreso de las naranjas que están en tránsito o en proceso de embarque, a partir de ese día, el NEA tiene dos semanas más de permisión.
Distintas fuentes consultadas le dijeron a LA NACION que la enfermedad se concentró mayoritariamente en dos empresas cuyo nombre no fue relevado para preservar la integridad comercial.
Ante la falta del mercado europeo, la Argentina podría concentrarse en mercados secundarios como el ruso. «Si ingresamos a Rusia» las ventas «se producen a un menor precio y se gana mucha menos plata», dicen en el sector.
«Nosotros heredamos este problema y lo padecemos. Es injusto, pero vamos a trabajar juntos para solucionarlo. Queremos tener un estatus distinto como NEA porque para nosotros ese mercado es muy importante», resumió el director de Cecnea. En tanto, el Senasa informó que preocupa que esta medida haya sido influida por reclamos que exceden lo meramente fitosanitario.