Las clementinas valencianas parecen haber perdido definitivamente el mercado de los EE. UU., un destino al que se llegaron a enviar 80.000 toneladas hace veinte años y que, paulatinamente, ha ido perdiendo cuota hasta el año pasado, cuando no se produjo ningún envío. La caída de las exportaciones de cítricos comenzó a finales de 2001 motivada por la supuesta presencia de larvas de mosca Ceratitis en la fruta española, que nunca llegó a demostrarse, y ha culminado con la brutal subida de aranceles decretada por Trump por el conflicto aeronáutico entre Airbus y Boeing.
Ya se veía venir
Se ha cumplido, lamentablemente, lo que ya advirtió que ocurriría Manuel Arrufat, anterior presidente del Comité de Gestión de Cítricos (CGC). En una carta dirigida a Sabine Weyand, directora general de Comercio de la Comisión Europea, Arrufat le comunicó el 30 de julio de 2019: «Cualquier imposición de derechos adicionales a la clementina española, aunque fuera inferior al 100%, nos excluiría totalmente del mercado americano», como así ha ocurrido.
Por otra parte, destacó que el volumen de clementinas precoces «que hasta ahora se exportaba a EE. UU. sumaría presión a la oferta en el ya saturado y maduro mercado de la UE», que para mayor complicación se encuentra «gravemente amenazado por el alargamiento de la campaña de mandarinas tardías de Sudáfrica, con volúmenes crecientes y totalmente libres de aranceles».
Ni caso a los avisos
El CGC señaló a Bruselas que la clementina exportada a EE. UU. «siempre ha actuado como un excelente regulador» del inicio de la campaña española en Europa, incidiendo así en un normal desarrollo posterior de la misma. Recordó que, para entrar en el mercado estadounidense, «las clementinas españolas tienen que hacer frente a obstáculos adicionales» que no se exigen a países competidores. Por ejemplo, el pago de un arancel –antes de la tremenda subida actual– de 1,9 céntimos de dólar por kilo, mientras que «Marruecos, Australia, Chile, Israel, Corea del Sur, México y Perú están exentos». Además han de cumplir un estricto sistema de cuarentena con controles exhaustivos y transporte en frío.
Aparte de las clementinas, que fueron la gran estrella, España recibe pedidos ocasionales de limones desde EE. UU., y de naranjas cuando hiela en California. La campaña 2006-07 marcó el récord con 112.006 toneladas en total; en 2019 solo fueron 16.854 y en lo que va de año únicamente 921 de limones, ni una de clementinas o naranjas.
El Gobierno siempre habla de buscar nuevos mercados, pero ¿dónde?, si para empezar no se hace nada para no perder los actuales. Por ahora, Luis Planas, se limita a pedir «paciencia» y «perseverancia».
Fuente: Freshplaza.