LA UNIÓ de Llauradors informa que los rechazos en la Unión Europea de cítricos procedentes de terceros países con plagas se han incrementado un 66% en relación con las mismas fechas del pasado año, tras los últimos datos conocidos relativos al mes de octubre.
El año pasado se habían rechazado por estas fechas un total de 132 envíos, mientras que en el actual ya suman 219. Tras la suspensión en agosto de las importaciones procedentes de Argentina hasta abril del próximo año, es otro país de Mercosur, en este caso Brasil, quien lidera la clasificación de interceptaciones de cítricos con plagas durante octubre.
Brasil pasa así de 1 interceptación en todo el año 2019 a las 13 que se contabilizan en el actual, 9 de ellas precisamente en el pasado mes de octubre. Ocho de estos rechazos son del hongo de la Phyllosctita citricarpa que causa la temida mancha negra, y uno de la bacteria Xanthomonas o falsa polilla. Otros países con detecciones en octubre son Sudáfrica y China con 2 (Phyllosctita citricarpa) y Zimbabue con 1 (Phyllosctita citricarpa), así como Túnez con 2 (Parlatoria ziziphi o piojo negro, parecido al piojo rojo de California).
«Los datos anteriores ponen de manifiesto el grave peligro para la citricultura europea que supone la firma del acuerdo comercial de la UE con Mercosur, pendiente de ratificación; así como el acuerdo comercial con Sudáfrica, sobre el que recientemente LA UNIÓ ya ha solicitado su revisión en el quinto año desde su entrada en vigor, tal y como establece el propio acuerdo», señalan desde la organización.
LA UNIÓ propone que las medidas tomadas por la UE de suspender las importaciones argentinas de cítricos se extiendan a otros países. Por ello reclama a la Comisión Europea que realice auditorías fitosanitarias en todos aquellos países que no puedan garantizar la salida de cítricos sin plagas y suspender de este modo las importaciones si no se dan las garantías adecuadas de riesgo mínimo.
La organización vuelve a insistir en la implantación de un criterio de inspección única en origen para todos los países terceros y que las importaciones entren por pocos puertos de la UE –tres como máximo– donde se garantice la presencia de un número suficiente de inspectores expertos en plagas y enfermedades citrícolas y con un porcentaje de muestras analizado representativo. Del mismo modo aboga por la obligación del tratamiento de frío en el transporte y por la prohibición de la importación de cítricos que hayan sido producidos y manipulados con materias activas cuyo uso no esté autorizado en la UE.
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